Cada vez que nos volvemos a ver es como volver a empezar... Sentir como si apenas comenzáramos a conocernos.
Al inicio tengo la sensación de que fuéramos amigos que comenzamos a tomarnos confianza el uno al otro. Pero una vez rota esa barrera, volvemos a ser los de siempre.
Más pronto de lo deseable llega la despedida...
Mucho tiempo pasó para volver a sentir el pasajero pero intenso vacío que deja una despedida. Si bien ninguna es igual a la anterior, todas dejan siempre un sabor amargo y dulce a la vez... Amargo por la sensación de perdida que dejan y dulce por los buenos recuerdos y buenos ratos que la compañía de ese ser tan estimado que se hace participe de nuestra felicidad.
Que sensación incomparable sentir su presencia, estar a su lado, tocar sus manos suaves, poder contemplar la belleza de su rostro y recibir con la complicidad y ayuda del viento que todos compartimos, el aroma de su ser.
Sí, es verdad, tal vez despedirse es duro... Pero el volver a vernos una vez más, bien lo vale a pesar del dolor, pasajero... pero intenso de una despedida.
Sin título
Il y a 9 mois
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire